23 de abril de 2010

Yo: Un martini rosso. Para llevar.

Él: ¿No será hora de dejar de tomar?

Yo: Sí. Por eso me voy. Me voy a escuchar Tori Amos a casa.

Él: ¿Lo qué?

Yo: Nada, mongólico.

4 comentarios:

Pablo G. dijo...

"buenas noches me digo y me invito a beber..." No todos tenemos buenos días. Ni siquiera buenos viernes.

Digresión total: siempre me molestó la forma en que los argentinos le dicen mongólicos a los mongólicos: mogólicos. La ene le imprime tanta fuerza que quedas como un nabo cuando no la decís. Ta, mal yo...

cecitazzz dijo...

"Pablo", era un jueves, y no, no era un mal jueves. Fue un diálogo desafortunado nomás.

Y sí, totalmente, es como cuando algunos centroamericanos pronuncian "mielda", y esto no es una opinión muy original, la escuché en algún lado, pero con la R se le va toda la fuerza a la palabra.

Pablo G. dijo...

(me sale el profe de adentro y te digo que) lo escuchaste del Negro Fontanarrosa :)

cecitazzz dijo...

¡Exacto!