23 de abril de 2010

Exprimidísima.

Hoy no sé de qué hablarte.

(Me miró y anotó).

En serio no sé de qué hablarte. Ya estaba incómoda. No banco los silencios.

(Me miró y asintió).

Después empecé a hablar y hablé y hablé y aguanté las lágrimas y después lloré un poco.

Resulta que estaba muy pero muy enojada por algo que no había resuelto. De hace poco tiempo y de toda la vida. De toda mi vida.

Menos mal que no tenías nada para decir hoy, dijo.

Le pagué y me fui a aguantarme la garganta trancada en la parada del 148. Llamé a mi vieja desde el bondi y en vez de decirle lo que me acababa de pasar le pregunté cómo andaba y mandé saludos para Candela.

It's fitness for the head.

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