Hoy no sé de qué hablarte.
(Me miró y anotó).
En serio no sé de qué hablarte. Ya estaba incómoda. No banco los silencios.
(Me miró y asintió).
Después empecé a hablar y hablé y hablé y aguanté las lágrimas y después lloré un poco.
Resulta que estaba muy pero muy enojada por algo que no había resuelto. De hace poco tiempo y de toda la vida. De toda mi vida.
Menos mal que no tenías nada para decir hoy, dijo.
Le pagué y me fui a aguantarme la garganta trancada en la parada del 148. Llamé a mi vieja desde el bondi y en vez de decirle lo que me acababa de pasar le pregunté cómo andaba y mandé saludos para Candela.
It's fitness for the head.
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