El otro día corrí.
No corrí al bondi.
No me escapé de un chorro.
Corrí por correr.
Arriba de una cinta mirando la pared. Mirando el cuenta kilómetros.
Corrí y corrí y corrí. Las manos rojas, calor en la espalda, yo corrí y corrí.
Después vine a casa feliz.
Usted Lector pensará que soy tarada. Que nadie es feliz por correr y nada más. Pero cuando correr es una cosa que no podés hacer, y después vas y la hacés, es como ganarte una lotería personal. Sentarte en una silla sin pensar si la vas a romper. Cruzar las piernas. Ponerte un vestido. Ponerte un vestido. Tomar las riendas de tu cuerpo, de a poco.
Para todo lo demás existe master card.
25 de setiembre de 2009
24 de setiembre de 2009
Hollywood cruel
15 de setiembre de 2009
embaixo embaixo embaixo
No está bueno ir a una clase de aerobox, que resulte ser una clase de "samba" porque "ah, sí, cambiaron todos los horarios, no sabías?" y que a pesar de mi buena voluntad y de decir, "bueno, me quedo", venga el profesor hasta el fondo del gimnasio (yo siempre atrás del todo) con una sonrisa en la cara para ver porqué no estoy haciendo círculos con el culo: "dale, dale, no seas haragana".
Me fui de la clase, obveeeeamente.
(Yo tengo la mejor con toda esta nueva era deportiva que se me despertó adentro, pero los principios son los principios).
Me fui de la clase, obveeeeamente.
(Yo tengo la mejor con toda esta nueva era deportiva que se me despertó adentro, pero los principios son los principios).
3 de setiembre de 2009
1 de 3
El dijo sos hermosa y ella dijo cogés re bien.
Los dos mintieron y los dos escucharon lo que querían escuchar.
Los dos mintieron y los dos escucharon lo que querían escuchar.
2 de 3
Vos siempre creíste que yo te iba a poner la otra mejilla, no matter what.
Que nunca iba a levantar la voz, que siempre iba a decir que sí. Que iba a esperarte despierta a toda hora y que siempre iba a estar de acuerdo con todo.
Y un día te rompí todos los vasos, la visagra de la puerta, y te tiré la computadora por la ventana.
Después me desperté del sueño con una casi sagrada sensación de tranquilidad.
Que nunca iba a levantar la voz, que siempre iba a decir que sí. Que iba a esperarte despierta a toda hora y que siempre iba a estar de acuerdo con todo.
Y un día te rompí todos los vasos, la visagra de la puerta, y te tiré la computadora por la ventana.
Después me desperté del sueño con una casi sagrada sensación de tranquilidad.
3 de 3 (thumbnail)
Hoy sólo sos una ventanita, un thumbnail en mis amigos/favoritos del fotolog.
Eso y nada más.
La mierda si estaremos internetizados vos y yo.
Una ventanita que ya no vuelvo a abrir, aunque se venga la primavera.
Eso y nada más.
La mierda si estaremos internetizados vos y yo.
Una ventanita que ya no vuelvo a abrir, aunque se venga la primavera.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)