Vos siempre creíste que yo te iba a poner la otra mejilla, no matter what.
Que nunca iba a levantar la voz, que siempre iba a decir que sí. Que iba a esperarte despierta a toda hora y que siempre iba a estar de acuerdo con todo.
Y un día te rompí todos los vasos, la visagra de la puerta, y te tiré la computadora por la ventana.
Después me desperté del sueño con una casi sagrada sensación de tranquilidad.
2 comentarios:
Lástima que fue solo un sueño. O quizás no?
interesante tu blog.
Gabi
Lamentablemente sí, jeje. Aunque habría dado pena tirar una computadora por la ventana.
Bienvenida Gabriela.
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