Así que encaprichada, repetí la secuencia de la semana anterior y fui y me senté en el callejón. Me senté en un banco a esperar el momento, muerta de frío. Tal vez el destino sí tejía historias y me lo volvía a traer.
Después del segundo cigarrillo me di cuenta de que la idea había sido estúpida. Pero no me fui. Por momentos me daban ganas de llorar pero me las aguantaba porque pasaba gente y me daba vergüenza.
Al cabo de un rato se me acercó un hombre, borracho y sucio, y me preguntó algo. No le entendí y le pedí que me repitiera la pregunta. Quería saber si estaba en situación de calle.
La persona que yo esperaba nunca dobló la esquina, y sí... Estoy en situación de calle, pensé.
2 comentarios:
ayy querida
me siento tan en situacion de calle a veces...
que horrible es esperar
Ire: Y encima la mayoría de las veces es como inevitable. Al menos en mi especie.
Beso.
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