The hardest

button to button.

Siempre le insistía a M que no me gustaban las flores. Que odiaba los peluches. Era más fácil anticiparme a su constante falta de gestos y hacerme la espléndida.

Después un día J se colgó de la reja del colegio de las monjas para arrancar una margarita y me la dio. Yo lo adoré en secreto, porque éramos solo amigos, y me dije chau, nunca más me voy a hacer la espléndida.

Es complicado dejar de ser una people pleaser, dice mi psicóloga.

Hey, no me confundas, sigo siendo aquella que lloraba mirando el portal de las mascotas.

Mi nueva etapa impermeable a vos es solo una cuestión de supervivencia.

Bless her

-Are you happy... in your life?
-That's a big question
-Isn't it just?

Medio litro de faisán tinto y 9 colillas en el cenicero.

A veces creo que está bueno querer sustancia y ya no ser como era antes, aunque haya algunos días que me ponga a llorar en la siesta y mire por la ventana los techos de los vecinos. También hay otros días que no pasa nada pero estoy contenta, y veo la casa está ordenada, metafórica y literalmente. Está bueno no tener muletas en la vida, cuesta, pero rinde.

Yo creo que este tiempo de mi vida, que me parece medio muerto y todo igual, es la antesala de otra cosa que vendrá. Ahora vivo a menudo soñando despierta con el futuro como en otras épocas soñaba despierta sobre el pasado.

Me cuesta mucho aprovechar el ahora. Soy boba en eso, lo sé. Quise ser Poppy de Happy-go-lucky, pero no me salió. Soy más bien medio vaso vacío, most of the times. Igual ahora estoy sonriente, capaz es el faisán.

Hora de dormir.