3 de noviembre de 2009

Tenés que entender que yo acá escribo hace unos años ya, entonces si vos al blog lo agarrás por las etiquetas y lees cosas viejas, te vas a cruzar con siluetas de personas del pasado y cosas que se me ocurrió inventar también.

Es como la habitación de una, en un cajón aquel, en una foto un recuerdo de este. Es como el cuerpo de una, aquella cicatriz por aquello, este punto débil por lo otro.

Y yo me niego a esconder fotos, tapar cicatrices y quemar libros. Por suerte ya no quemo más nada.

Lo bueno es que me sorprende ver cómo venís poniéndole el pecho a todas esas cosas que a otros asustan. El cocodrilo abajo de la cama, un fantasma en el placard, y vos me hacés el desayuno, lavás los platos y la seguís remando.

Me encanta.

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