18 de octubre de 2006

beautiful carina

un año después.

ay rubia... me sobran las cosas que quiero decirte. me faltan los medios. tenías un paso soberbio, rubia, caminabas como en el aire y aún así con una firmeza extraña. tenías esa cosa de niña-mujer, gran virtud a mi entender, y eras hermosa, rubia, muy delicada y muy presencial a la vez, con una sensualidad dulce. yo te conocí no tanto. y mucho. a vos también te lloraban los ojos cuando te reías, rubia. recuerdo tu atropellado pero infalible tiro con salto, tus discos de metallica dados vuelta arriba del equipo. más de una vez nos sentamos en el banco de una plaza a hablar de la vida. recuerdo tu forma rara de fumar, tus uñas de esmalte siempre irregular y todas las veces que te dije que te animaras a cantar con más fuerza. qué suerte que nunca me hiciste caso, rubia, cantabas con una dulzura que no he vuelto a escuchar en otro lado y cualquiera que te veía podía sentir todo menos indiferencia. y tocabas la guitarra, rubia, con tus dedos largos tocabas canciones tuyas. eso siempre fue cautivante para mí, digno de muchos reconocimientos. ojalá hubiese ido a tu último cumpleaños, rubia, hubiese querido abrazarte otra vez. no sé a dónde te has ido ahora, ni dónde estuviste en todos estos días. habrá sido un limbo iluminado, rubia, no sé. yo creo que nos viste en algún momento, yo creo que algo habrás escuchado. ahora empieza el después y no tengo mucha idea de cómo se hace. me niego a despedirte del todo, rubia, pero sé que no te volveré a ver venir caminando. a lo último tu vieja gritó buen viaje y todos aplaudimos. te quiero dar eso, cari: un beso y un aplauso.

3 comentarios:

Fd. dijo...

Muy lindo. Me hubiera gustado conocerla, en serio.

Anónimo dijo...

la gente vive en el recuerdo de los demás.

ánimo!

LOPEZ JOTA LOPEZ dijo...

cautivante. m egusta como escribis