Por fin me traje de la casa de mis viejos unas cajas con cuadernos y agendas y diarios. Yo escribo desde los 12 años, y si bien estos dos últimos años había escrito poco y nada, retomé el hábito, por suerte.
Ahora estoy releyendo cosas que me dan vergüenza ajena (como cuando ves fotos muy viejas tuyas y te da verguenza jean hasta allá arriba, los enteritos, aquel maldito flequillo). Igual hay cosas que me hacen reír, y cosas que ahora entiendo y que siento que me iluminan.
Pero sobre todo me sorprende lo optimista que fui durante un tiempo y qué bien que eso me funcionaba. Recuerdo ese sentimiento adolescente y siento que por momentos era otra niña que escribía esas cosas, alguien más, y en otros renglones me reconozco tanto, pero tanto, que me da rabia y risa; todo junto y entreverado.
Una tarde a mis catorce años me besaron como nunca hasta ese entonces y esa noche escribí "hoy recibí los besos más dulces de mi vida". Yo era así de determinante. Siempre re enamorada en esa época, super romántica y pegajosa. Y estaba buenísimo ser así, la verdad. Tener esa inocencia de no saber que algunas cosas no son lo que parecen, como dice Samantha.
28 de abril de 2009
9 de abril de 2009
Cortitas III
El corazón dividido
entre el recuerdo y el olvido
Un hombre hombre y un hombre niño
y el corazón dividido.
entre el recuerdo y el olvido
Un hombre hombre y un hombre niño
y el corazón dividido.
Cortitas II
Después de tantas veces de escucharla, me di cuenta de que amanece en la ruta habla de alguien que se está muriendo. Y yo que pensé que solo era otro tema para hacer road tripping, siempre escuchándolo en vacaciones.
Era para otro tipo de viajes.
Era para otro tipo de viajes.
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