26 de febrero de 2009

hay una especie de simbiosis, dijo mi psicóloga

Estás muy angustiada, angustiada, dijo mi psicóloga.

[Y me quedó sonando toda la semana en la cabeza, por más que se caiga de obvio]

querido diario

26 de febrero.
7.06 am
peso: desconocido (pero sin ánimos de conocer)
cigarrillos: 0 (porque todavía no desayuné)
unidades alchólicas: 0 (porque todavía no desayuné)
plagios: 1


La vida parece seguir aunque yo me empeñe en quedarme atrás. Harta de algunas cosas de mí he empezado una especie de cruzada por el mejoramiento personal (que no es lo mismo que la cruzada de la distracción, eso queda para otro día). Por más superficial que suene esto, es un mejoramiento profundísimo, desde adentro hacia afuera. Porque hace un largo rato ya que me siento hundida en un cuerpo que ya no es mío, metafórica y literalmente.

No, no voy a dejar de fumar todavía, ni arranqué a hacer yoga ni a leer libros de autoayuda. Como todo en mí, esto es mucho más práctico y viceral. Analizarme la cabeza y buscar atrás de esos muebles que nunca muevo, quemar tantas células adiposas (odio esa palabra, adiposa) como sea posible y generar endorfinas a cara de ciervo (permiso). ¿A quién no le gustan las endorfinas? Son la clave de la felicidad para una persona como yo, que vive sus estados de ánimo como un viaje en montaña rusa.

Viajar (en todas sus formas, así sea ir hasta la esquina y volver), retomar placeres dejados en el tiempo (como la fotografía) y comenzar en serio con otros que hasta ahora fueron amateur (como la cocina).

Yo sé que los ánimos son fluctuantes y que hay días que por más que me empeñe, un sueño me entrevera la cabeza y me levanto cruzada, como amargada (esta semana todas las noches). No está bueno determinarse a no darle más vueltas a ciertos temas, para quedarte dormida y que se te represente todo en un sueño. Como si alguien te estuviera haciendo una broma pesada, una cámara oculta (pero las cámaras nunca aparecen). Así que como Bridget Jones, I am left to my own devices, y sólo yo puedo salir de esta. Si no salgo de esta, ¿cómo voy a meterme en las próximas?

Así que quiero dejar constancia que la base está. Que quiero estar contenta, contenta como cuando niña, y que no quiero desperdiciar nada de nada, y que si bien estoy un poco podrida de aprender las lecciones, en esta también estoy aprendiendo.

17 de febrero de 2009

Me encantan las películas románticas bien light, las yankees, que siempre tienen el mismo inicio - desarrollo - conflicto - solución del conflicto - final feliz. Por lo general a alguien le rompen el corazón, y llega la parte en que ese alguien se va a San Puta para olvidar. Una oferta de trabajo, la posibilidad de empezar de nuevo, los yankees se toman los vientos para otro estado y chau que te vaya bien, hoy arranco una nueva vida.

Pero siempre, siempre (y si no agarren cualquier película del género) cuando el personaje con el corazón roto se está yendo a San Puta, aparece la otra mitad, la media naranja en el aeropuerto, en la terminal, en donde sea, y por medio de algún gesto super peliculero, se gana el corazón ya-no-roto de quien se iba.

Yo medio que me fui (bah, intenté irme) a San Puta por unos días. No tengo la chance de arrancar una "nueva vida" sino de volver a la mía sin X. San Puta estuvo bien. El sol estuvo bien, los amigos bien, el aire... y la cabeza ocupada en aquello otro, bien de bien. Pero nadie me golpeó la ventanilla del bondi. No apareció nadie en tres cruces gritando a los cuatro vientos. Ni el sms me contestaron.

Creo que todos tenemos un momento escapada a San Puta en nuestras vidas.

6 de febrero de 2009

es re estúpido esto que voy a decir...

...pero siento, como en american beauty, que hoy es el primer día del resto de mi vida.