22 de marzo de 2007

que vengan y que me desmientan



Indignada al leer el semanario "el soplón" he decidido contar brevemente lo que realmente pasó el sábado en el charrúa. Si alguno de ustedes fue, sabrán que la gente de dicho semanario no ha sido fiel a los hechos. Sinceramente no me veía venir esa crítica a la banda, dado que el responsable del blog en donde se divulga "el soplón" canta "pensar" en la ducha cuando cree que nadie lo escucha, y esconde una foto de Emiliano brancciari sin remera bajo su almohada.

La postalaca fue que después de haber decidido con Emerre que no íbamos a ir, porque 260 pesos era mucho, acordamos acercarnos hasta la puerta del charrúa para por lo menos escuchar el toque desde afuera.

Apenas llegamos, Federico - al escuchar la voz de Emiliano - se enloqueció completamente, haciéndome dar vueltas y vueltas alrededor del predio para ver si nos podíamos colar por algún lado. Al cabo de un rato y al ver que no había cómo entrarle, el promotor de "el soplón" terminó rogándole a un revendedor al que todavía le quedaban dos entradas (el toque ya llevaba un rato) que nos las dejara a 150 cada una. Hicimos trato (al final por menos) y entramos.

Yo que ya estoy vieja insistí en quedarme lejos para ver el toque tranquilos y sin intercambiar sudores con nadie, pero no! Emerre literalmente me empujó, aprovechando el agite en "fuera de control", llevándome hasta adelante del todo porque lo quería ver a Emi de cerquita.

El toque transcurrió sin sobresaltos y no tuvo grandes sorpresas (a no ser la aparición de Cabrera, que a pesar del gusto a poco fue una joyita). Benedetti no recitó desde una camilla, si no que emergió del suelo en una plataforma entre humo y luces violetas. Pasaron unos videos y también estuvo Rada, una ficha que se venía venir (Emerre me comenta que Rada roba la plata, leyendo la letra de tirano pegada en el piso, y yo le contesto que NTVG roba la plata, tocando en cada maldito recital la tonadita de Vuelan palos de La Vela, a lo que la gente invariablemente canta vamo vamo la vela vamo la vela de mi corazón eo. Emerre se ríe, me dice tarada, y yo le digo que es cierto. Que si quería escuchar a La Vela iba a un toque de ellos, ah no, es cierto que ahora no tocan más en Uruguay).

Debo decir, sin embargo, que lo de las quinceañeras sí es verídico. Digamos que el sonido del recital no fue tan bueno, y tuve que esforzarme un poco por escuchar a la banda por sobre los cantitos chillones de las mismas. Cuando tocaron "pensar" la histeria fue masiva, y si hubo alguna muerte esa noche, tiene que haber ocurrido ahí, cuando la pendejada se enloqueció cantando la única canción que sabían, después de haberla escuchado miles de veces en Radio Disney.

En cuanto a la banda y al disco en cuestión, no quiero agregar nada. Ya he dicho antes que el disco no me parece tan malo, y la banda me gusta, aunque la presentación no me haya volado la tapa de los sesos. Lo que sí voló el sábado fue un calzoncillo rojo que Emerre le tiró a Emiliano. Y no, no es un chiste.