28 de enero de 2007

please fasten your seatbelts


cosas que anoté hace poco más de un año


Diciembre 7 – miércoles – 2005. 7 y algo pm. Montevideo.
Ah. Estoy en el avión AA flight 900. Todavía parados. Aunque salimos en cualquier momento.
Bua. Tengo sentimientos encontrados. Estoy triste. La despedida estuvo cruel. Papá, mamá y yo lloramos. Y encima ahora me subo al avión y leo un a cartita que me dieron y ahhh...

60000 feet, 32 mins of flying time 4800 metros, altura de crucero (¿??) Boing 767.

Buenos aires, ezeiza. Wow. 21.10pm, on flight 956 también parados. Por salir a NY!
Esto es muy bizarro. Je. Me sacaron los 3 encendedores que tenía (ni yo sabía que tenía tres!). Dicen que no se puede viajar con encendedores. En Uruguay sí se podía :P. Entro al avión (estoy fastidiada de cargar) (pero mantengo el buen humor) y a un porteño se le cae el celular. Trato de alcanzárselo y me dice “it’s ok it’s ok” como diciendo, ‘dejalo, no te preocupes’. Yo pienso: dónde estás porteño? En baires o en nueva york? Pero acto seguido me pecho con alguien y le digo “sorry”. Ahí veo que ya estoy mezclada, ya estoy confundida en mi cabeza y a medida que pasa este día irreal casi, escucho cada vez más inglés y menos español. Para mí el avión esta cool aunque se nota que es pequeño. No tiene teles en los respaldos como me habían dicho, snif. Pero la gente que sabe de esto está medio como quejosa. Tamos por salir. See ya in NY city (cómo estamos hoy eh).

Nueva York, 8 de dic. 8 de la mañana.

Tengo dos horitas de espera, luego de hacer 25 colas.

Pasé por migraciones y finally here i am. Mientras esperaba en una de las colas, en la tele pasaban un flash de noticias de la CNN con unos tipos empujando autos atascados en la nieve y un cartel: ‘SEVERE COLD’. Ahhh. Y pensé “lo estoy viendo en la tele pero es ahí nomás, afuera de este aeropuerto está la nieve y el frío”. Y es que estar acá es estar encapsulada. No puedo creer que estoy en Nueva York. EN NUEVA YORK! El de migraciones bien, se llamaba Mr. Grossman, es decir, un groso (malísimo chiste, producto del cansancio). Era un americano veterano, que por sus features se nota que fue rubio alvino toda la vida.

Quiero fumar!!! Acá parece que ni existiera el hábito. En baires por lo menos había zonas especiales para fumar. En cambio acá ni signos de prohibido fumar hay. Se nota que no se puede, hasta sería estúpido preguntar. Y quiero llegar a granby. Aunque creo que voy a extrañar la city. Ver NY enorme. Veo un taxi amarillo en una calle allá a lo lejos. La ciudad de friends! (me siento una campesina).

Saint Louis, 13.45 hora local.
Nobody speaks spanish anymore.
En serio. Está nevando! Ah. So beautiful. Nunca me llamó la antención la nieve, i swear. Pero ahhh.. cuando empezamos a sobrevolar ST Louis era todo blanco. Me dieron la valija llena de nieve jejej. Y los copos de nieve son estrellitas posta, como en las postales de navidad y las películas. Eso les dije recién a los viejos cuando los llamé.
Es medio difícil esto.

4.35 pm (Denver time)
En algún lugar del cielo sobre Estados Unidos.
Volamos sobre un cuadrillé irregular de grises y beiges. Todo nieve eh. Y las rutas. Se ramifican cual venas diría la colo.
Llevo bastante atraso.

Hasta NY todo bien pero ya al subir al avión nos dijeron que el viaje a Saint Louis iba a tener una parada en el medio para cargar combustible (???). Parece que como había mucho viento y el avión era chico (símil 148 pero con alas, una azafata y sin vendedores ambulantes) no podían cargar tanto combustible por el peso. La salida a denver fue bastante fea. Estábamos prontos para salir y el avión arrancó puesto, como hacen cuando van a despegar (cómo aprendí en dos días eh) y a la mitad del camino clavó los frenos. Todo para después decirnos que había un desperfecto técnico, que lo arreglaban y salíamos (en el mismo puto avión: fuuuuuuck!) anyways.

En cualquier momento piso suelo de una vez por todas por cuatro meses.
Hell yeah.

13 de enero de 2007

rocha mierda carajo

Pido disculpas a mis fieles seguidores (?) por no actualizar este intento de blog antes. Pero realmente, del último post al presente, todo me ha pasado por arriba. Las fiestas prácticamente no las sentí – no así el nerviosismo que se te contagia previo a las mismas – a no ser por alguna sidrita barata de más que me habré tomado, una fugaz visita al mercado el 31 en donde me sentí medio amarga al caer en cuenta de mi baja de tolerancia a las lluvias de sidra y otros líquidos que preferí no intentar identificar, y un beso con mi hombre a la medianoche de fin de año (cosa que sinceramente hace 4 meses atrás nunca hubiese imaginado). Pasé por el quirófano también - una cosa menor – y quedé completamente asombrada del poder de los sedantes: en un momento estaba aterrada por dentro, viendo a siete u ocho personas rodearme acomodando todo en la sala de operaciones, y al segundo siguiente me dijeron ‘vas a sentir un mareo’ y plac! Se me cayó la cabeza, literalmente, y quedé mirando la luz en un éxtasis muy extraño. Lo último que recuerdo fue contener una carcajada de esas saladas y ya después es todo blanco. Finalmente y tras esos días que me atravesaron, pude alejarme de la computadora, el teléfono y mis padres por unos días. No que no los quiera, no, no, le tengo mucho aprecio a los cuatro, pero si seguía en ese tren... trabajando y cocinándome simultáneamente en montevideo, me iba a dar algo.
El destino fue valizas, lugar que no recordaba muy bien ya que la única vez que había ido había sido hacía 20 años :S (cuando uno alcanza el punto en el que dice que hizo algo hace 20 años, está viejo, no hay con qué darle). Y rocha tiene eso en toda su extensión: al ver por la ventana del bondi que ya pasamos punta del este, me lleno de hormigas, una linda desesperación. Me me hizo muy bien no ver monitores, ni calles pavimentadas, ni tacos altos, ni escuchar ruidos de ómnibus y todo eso. El rancho prestado ya tenía su población de arañas y familia, pero sacando ese pequeño detalle, estuvo muy bien. La especímenes valiceros son variados, había una especie de sub-crema del ambiente musical uruguayo, gente muy sucia, gente un poco más limpia, algunos cholulos, una verdadera ensalada.

Ahí nadie se queja: si no hay lugar en el boliche no se quejan. Si no queda más cerveza no se quejan. Si hay que caminar y caminar, tampoco se quejan. Si hay una cola de 20 minutos en el supermercadito, o en el puesto de tortafritas, todo legal, nadie se queja tampoco. Encima y por pura casualidad, encaramos un toque de los terapeutas gratis, en la plazoleta de los pescadores, a la que llegamos con emerre como dos horas temprano y nos dedicamos a ver la prueba de sonido y otros menesteres (“Fede, no lo mires tanto al madrake que va a pensar que sos un fanático loco"). Pintó una charla de esas que entusiasman, cervecita tempranera, proyectos sobre una mesa hecha de tablas. El toque estuvo espectacular: primero un flaco que cantaba canciones símil carlos vives, desps otra banda... (era la vaca? mhhh no me acuerdo) y por último los terapeutas, ya caída la noche, una noche de esas.... redondas.

La vuelta fue una eme, no me quería volver, quería seguir rascándome en la playa hippie, cinco días no alcanzaron para nada. Ahora solo queda esperar hasta febrero a ver si sale algo más suculento. Ayuda el hecho de que se vayan mis viejos las dos semanas que le quedan a enero, y me pueda quedar home alone, jugando a la casita :)