28 de noviembre de 2006

lo que me contó miguel antes de pegarse el tiro

fue hace tanto tiempo
como pasó el tiempo
las guitarras
siempre las guitarras
ver el escenario
arriba la luna
el público que aplaude
siempre quise eso
sin meta ninguna
solo las canciones
las que embriagan
las que embravecen

locos tambores
noches de candombe
otra vez la luna
cuántos carnavales
como si nada quemara
el frío no helara
vida bohemia
una vida en pensiones

hoy el mundo festeja
el nacimiento de cristo
vos y yo aquí solos
en esta fábrica enorme
fábrica de alguien
cuidando que no roben
vos y yo aquí solos
con nuestros uniformes
con nuestros revólveres
cuidando que no roben

afuera el mundo festeja
la llegada del niño
estoy tan lejos de casa
tan lejos de casa
vos y yo aquí solos
en esta fábrica enorme
con nuestros uniformes
cuidando que no roben
con nuestros revólveres
vos y yo aquí solos
estoy tan cansado
estoy tan triste
mamita...
mamita...
mamita...
mamita...

me voy...
me voy...
me voy...
me voy...
me voy...
me voy.

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(permiso terapeutas).

este tema me resultó angustiante desde la primera vez que lo escuché: crece en desesperación a medida que avanza la canción y la letra. yo sé muy poco de música, más bien solo lo que me genera a nivel físico, casi. pero recién en dos, viendo a los terapeutas en vivo me cayó la ficha.

ahora hasta me parece verlo a miguel en noche buena, sentado en el piso de la fábrica, recostado a la pared, con la cara fría, la mirada ida, viendo toda su vida pasar en su cabeza, en algún país del norte.

sí sí, no es un tema muy feliz.
y hoy es el día perfecto para escucharlo muchas veces.

24 de noviembre de 2006


y yo que pensé que nadie lo veía.
qué épocas...

17 de noviembre de 2006

better version of me


Escucho better version of me, de fiona, e instantánemente veo en mi mente la ventana del shuttle que me tomaba para ir a trabajar todas las mañanas hace casi un año, y a través de ella, las montañas nevadas, los carteles de "deer crossing", el city market, la ruta. Siento un frío imaginario, siento la altura y se me seca la boca.

Parece que nunca me hubiese pasado eso de ponerme los audífonos y aislarme de aquel mundo, un mundo tan ajeno y a la misma vez tan cotidiano que me asustaba. Parece que nunca hubiese caminado al costado de la ruta, esquivando el hielo y la nieve y tratando de no caerme. Parece que nunca hubiese apurado el paso para llegar a “casa” porque me dolían los oídos del aire frío. Pasé cuatro meses caminando al costado de la carretera, pensando en uruguay, redactando emails en mi cabeza, contando mentalmente todo lo que me pasaba allá en el norte.

Parece que nunca hubiese dejado este lugar, o al menos parece que hubiese sido hace años. Igual escucho fiona y recuerdo las montañas. También las paredes de mi “cuarto”, de cartón de aquella casa prefabricada. Allí donde pegué fotos de todos mis afectos, como si me fuese a olvidar de ellos si no fuese por las imágenes. Recuerdo el aire cowboy americano, la calefacción, los reclames de la tele, el inglés en la oreja todo el tiempo. Los venados, el hielo en todas partes, los autos sucios, las máquinas de café, el 'you bet', el olor que tiene estar lejos de casa... las sensaciones. Y a veces como que extraño.

Parece que no hubiese pasado, casi.

13 de noviembre de 2006

telas rotas

Llegó, ha entrado a su casa y se ha sacado los zapatos. Ella lo ve inmóvil, él espera un saludo suyo que nunca llega porque ella solo quiere mirarlo en silencio. Tanto tiempo esperó su entrada, que ahora solo quiere contemplarlo un rato... saber que es cierto... confirmar que de hecho está pisando su suelo.

Él trae una guitarra, letras, y veinte maneras de hacerla reír. Ella guarda caricias, las ha guardado especialmente para él, desde que nació tal vez. A veces él besa sus heridas, acaricia la piel quebrada, sin importar la imperfección al tacto. Ella tiene un vestido no tan blanco, de haber jugado siempre a ser doncella, sin éxito. Él añora esa blancura a veces, pero la mayoría del tiempo tiene el don de ver a través de las telas rotas. Sabe, a ciencia incierta, que debajo de esos roces y heridas, hay algo que merece ser descubierto. Y con todo se quedan juntos. Hablan horas a la madrugada, susurrando en la oscuridad. Y se cuentan cosas, lloran un poco y se ríen mucho. Ahora habrá que ver cómo sigue el cuento. En definitiva así parece ser... un cuento. Una historia que alguien le narró a ella en un sueño. Un juego de azar, con una afortunada tirada de dados, que ha dado vuelta el tablero: por una vez en la vida ella gana.

Y él es el premio más dulce.

6 de noviembre de 2006

that i would be loved


Una vez creí que esto también pasaría. Una vez creí que la vida era muy dura conmigo. Tengo un problema. Y todavía sigo estando enamorada. Tan vacía como enamorada. Tan miserable como enamorada. Tan pendiente como enamorada. Y también tengo sed.



Una vez creíste que esto también pasaría. Dijiste que la vida no era tan dura conmigo. Que todos teníamos problemas. Y que alguien me amaría. Que mi vacío se haría recuerdo. Que mi miseria, nostalgia. Que alguien estaría pendiente de mí y calmaría mi sed.



Una vez quisieron convencerme de que esto también pasaría. Quisieron convencerme de que la vida era hermosa. Me convencieron de que sería amada. Que mi vacío sería pasajero. Mi miseria solo una pieza de mi pasado. Me convencieron de que alguien, alguna vez, en algún momento, en alguna vida, calmaría mi sed.